CUATRO MENTIRAS QUE NOS DECIMOS Y BLOQUEAN NUESTRO FUTURO
Por Fabián Ruiz |
No hay nada más poderoso para bloquear nuestro futuro que una mentira. Nuestro adversario se especializa en ello. De hecho, lleva cursando siglos de maestría en la materia. Una mentira puede estar atando lo mejor de tu vida en este momento. ¿Qué te parece si chequeamos algunas de ellas?
1. "MI PROBLEMA ES QUE ME FALTA FE"
Tal vez está idea vino de alguien bien intencionado que te aconsejó: “¡No salís adelante porque necesitas más fe!” Lo curioso es que los mismos discípulos de Jesús pensaban esto. Los discípulos pidieron:
"--¡Aumenta nuestra fe!" Lucas 17:5 (NVI)
A lo cual el Señor les corrigió diciendo:
"--Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza --les respondió el Señor--, podrían decirle a este árbol: 'Desarráigate y plántate en el mar', y les obedecería." Lucas 17:6 (NVI)
Es decir: “Tu problema no es la fe que no tienes o el tamaño de tu fe, sino lo que haces con la fe que ya tienes.” La puedes callar o declarar, guardar o sembrar, excusar u obedecer.
No necesitas más fe. Necesitas activar la fe que tienes, aunque parezca tan pequeña e insignificante como una semilla de mostaza. Sea cual sea la batalla que enfrentas, la encrucijada es entre la parálisis o la acción, postergar o intervenir, lamentarse o avanzar.
¿Qué paso adelante podrías dar esta semana en base a tu pequeña fe?
2. "YO YA ESTOY PARA OTRAS COSAS" (MAS GRANDES O ESPECTACULARES)
Aquí en Mendoza los temblores ponen a prueba regularmente las construcciones. Si una casa no está hecha de fuertes cimientos o estructuras puede colapsar y derrumbarse.
¿Qué haces cuando una casa se derrumba? ¿Qué haces cuando tu vida espiritual se derrumba? Lo mismo: empezar de nuevo desde las bases.
Es doloroso volver a trabajar los cimientos cuando uno ya estaba pintando el techo. Es doloroso pero necesario. Si tu vida espiritual se encuentra en ruinas, no importa cuán alto hayas llegado en otras temporadas, ahora deberás volver a las bases, a lo básico.
Vuelve a lo básico. A leer diariamente tu Biblia, a orar por cada detalle, a sentarte en un grupo de apoyo, a dedicar cada domingo para adorar con tus hermanos, a llevar tu ofrenda a su casa. Nada de eso puede parecer espectacular pero será la base de algo grande.
¿Qué hábito básico necesita recomenzar?
3. “ESTE PROBLEMA ES DEMASIADO GRANDE PARA MI"
A veces lo que enfrentamos es abrumador. El médico anuncia una serie de sesiones de quimioterapia sin garantías de solución. Acabas de refinanciar tu deuda y te llevará varios años cancelarla y escapar de ese lazo que te asfixia. Ha fallecido un ser querido dejándote en un escenario inesperado de vulnerabilidad. Acabas de terminar con un noviazgo de ocho años, cuando sólo faltaban meses para la boda. ¡Tantas cosas así suceden!
¿Qué puedes hacer? Tienes dos opciones: Magnificar el problema y rendirte antes de luchar o magnificar la bondad de Dios y comenzar un pequeño paso a la vez.
Nadie sube una escalera de un salto, sino un peldaño a la vez. No se supone que la vida se resuelva de un salto sino un día a la vez. En vez de abrumarte por lo largo de la escalera de los próximos meses, enfocate en el peldaño de hoy.
¿Cuál es la pequeña batalla que hoy debes librar? ¿Levantarte de la cama? ¿Presentarte en el trabajo? ¿Pagar esa cuota? ¿Volver a la reunión?
¡Da ese pequeño paso y Dios te llevará por el resto!
4. "YA NO TENGO FUERZAS PARA CREER"
Tal vez sea cierto que te sientas así, pero no es cierto que no se pueda resolver ahora mismo. La fe es un don de Dios, un regalo de Dios.
"Por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios," Efesios 2:8 (NVI)
Y es un regalo que Dios da a quien lo pida. Él es quien pone la semilla de fe en nuestro interior, de modo que la reconozcamos y le permitamos impulsarnos.
Por eso, si te encontrás atrapado en el escepticismo, en la apatía o en la misma incredulidad. Pídele a Dios que sople en tu vida una nueva esperanza. Una nueva visión de un futuro que puede y debe ser diferente. Pídele que sane tu corazón herido por fracasos, frustraciones o decepciones para que vuelva a ser como el de un niño, capaz de confiar completamente en la bondad de su Padre.
El hermano de Jesús, Santiago, escribió:
"No tienen, porque no piden." Santiago 4:2 (NVI)
¿Te atreverías a pedirle a Dios nuevas fuerzas, nuevas esperanzas?
¡Hazlo! ¡Y hazlo ahora!
Pr. Fabian