COMO VENCER LA PEREZA
Por Fabián Ruiz |
A esta altura de tu aventura espiritual, seguramente ya estás listo para seguir las promesas de Dios para tu vida con toda la loca fe que puedas reunir. Pero si eres como yo, a pesar de que una parte de ti está entusiasmada con todo lo que Dios dice, seamos honestos: también hay una parte que está contenta de no hacer absolutamente nada más que sentarse en el sofá para ver las novedades de Netflix.
Hoy quiero hablar con la versión de ti que salta y grita: "¡Amén!" al pastor el domingo, pero el lunes no tiene ganas de hacer lo que se necesita para ver el avance en el que creía ayer. Quiero abordar la parte de ti que pospone las prioridades y hace lo mínimo necesario para salir adelante, la parte que se conforma con menos de lo mejor de Dios porque en realidad no crees que puedas obtenerlo si lo intentas. Esa parte es tu parte perezosa.
Se trata de una batalla crucial. En la carta a los Hebreos, nuestro manual de fe, se nos dice;
"No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y perseverancia heredan las promesas." Hebreos 6:12
¿Cómo salir de la flojera, la apatía, e incluso la depresión que te mantiene paralizado? Pongamos en limpio algunas cosas que hemos aprendido.
1. Deja que amor sea la fuerza que te mueva.
¿Por qué debería esforzarme y levantarme temprano? ¿Por qué debería sacrificar mi comodidad? Una buena razón es porque es el único camino hacia las metas grandes que Dios sembró en tu vida. Pero hay otra buena razón y es que otros te necesitan. En ambos casos, se trata de amor.
El escritor Scott Peck, en su libro éxito de ventas "La nueva psicología del amor" explica que lo opuesto al amor no es el odio, sino la pereza. Él escribió: "La esencia del no amor es la pereza." Y aún se atreve a decir que es el único verdadero obstáculo que se opone al crecimiento espiritual.
"En definitiva, hay sólo un obstáculo que es la pereza. Si vencemos la pereza, todos los otros impedimentos quedarán superados. Si no vencemos la pereza ninguno de los otros impedimentos será superado." - M. Scott Peck, La nueva psicología del amor, 1995, Emece.
El apóstol Pablo, siglos antes, al escribir a los cristianos en Galicia, entonces nos explica que la fuerza que necesitas para salir de una fe perezosa a una fe activa es justamente el amor:
"Lo que cuenta es la fe, una fe activa por medio del amor." Gálatas 5:6 (DHH)
Abraza el amor y deja que sane tus heridas. Abraza el amor y deja que abra los ojos para ver todas las personas que te necesitan.
2. Apasionate tanto del resultado como la disciplina para lograrlo.
Con demasiada frecuencia, decimos que tenemos una gran fe, pero que tenemos muy poca disciplina para demostrarla. Tenemos la audacia de transmitir nuestros sueños y publicar nuestras visiones en las redes sociales y declarar a nuestros amigos y familiares con fe lo que Dios ha dicho que sucedería, pero cuando llega el momento de trabajar, de ser disciplinados, nos volvemos perezosos.
Queremos que Dios nos bendiga con más, pero somos demasiado perezosos para administrar lo que Él ya nos ha dado. La fe es un verbo de acción. La Biblia dice en Santiago 2:26:
"Así como el cuerpo sin aliento está muerto, así también la fe sin buenas acciones está muerta." Santiago 2:26
La Palabra de Dios dice que la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas obras, acciones, esfuerzo, disciplina, es sin vida e inútil.
¡Tenemos que aprender a amar la disciplina tanto como deseamos sus resultados!
3. Redefine los obstáculos que te han paralizado.
Tendemos a pensar que los obstáculos son señales que nos hemos equivocado de camino. Sin embargo, es muy probable que los obstáculos a los que te enfrentas en este momento sean más bien prueba de que estás exactamente donde se supone que debes estar.
Redefine tus obstáculos. No son un callejón sin salida, para rendirse y abandonar, son solamente un desvío para provocar tu audacia y creatividad, Su poder y Su gracia.
Tendemos a pensar que los desafíos vienen a sabotear nuestra fe, pero Dios usa los desafíos para fortalecer nuestra fe y producir perseverancia.
"Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante." Hebreos 12:1 (NVI)
Te reto a que vuelvas a algunas de las áreas en las que has probado antes y vuelvas a intentarlo. Esta vez te digas: "Yo No Abandonaré." Arranca el techo, si es necesario. Siempre hay una alternativa.
4. Encuentra una motivación más elevada.
Si identificas la motivación correcta, trabajarás como un loco para conseguirlo. Y lo contrario también es cierto: es demasiado fácil dejar de avanzar cuando tienes la motivación equivocada o ninguno en absoluto.
Me encanta la promesa de Filipenses 2:13:
"Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada." Fil 2:13
Pablo está diciendo que cuando tomamos la decisión de seguir a Cristo, aceptamos la responsabilidad de realinear nuestras motivaciones con las Suyas. Sin duda no aceptamos esa responsabilidad sin la ayuda divina. Cuando nos rendimos continuamente y permitimos que Dios reemplace nuestros deseos con los Suyos, recibimos Su poder para hacer lo que le agrada.
La motivación número uno de Dios es la gente. Los seres humanos son Su pasión, y Él se ha esforzado por buscar una relación con nosotros desde antes del comienzo de la historia humana. Le agrada ver a las personas sanadas, íntegras y libres. Y debido a que Él es el Sanador, el Libertador y el Redentor, fortalece nuestros esfuerzos para conectar a las personas con Su corazón y restaurarlas a un propósito.
5. No dependas de lo que digan los demás.
La fe perezosa quiere el aplauso, el reconocimiento por cada gramo de esfuerzo. Por eso cuando eso no sucede se rinde con facilidad.
La fe activa recibe crédito en la eternidad. Algunas de las cosas que Dios te está llamando a hacer pueden no ser vistas por otros en este lado del cielo. Es posible que el trabajo que haces detrás de escena no sea reconocido públicamente, pero podes decir, otra vez, con el autor a la carta a los Hebreos:
Dios "sabe recompensar a quienes lo buscan." Hebreos 11:6
¿Por qué renunciar a la tiranía del entretenimiento y enfocar tu tiempo en trabajar tu misión? ¿Por qué esforzarse por servir a otros en un proyecto de amor en acción? ¿Por qué sacrificar algún gusto personal para ofrendar para el Reino de Dios?
La respuesta completa será:
- Porque elijo el amor que impulsa a crecer y no la pereza que me adormece.
- Porque en el sacrificio, en la disciplina, en el esfuerzo hay una alegría mejor.
- Porque Dios tiene siempre una manera de hacerlo suceder si no me rindo.
- Porque mi corazón está donde está el Suyo: en las personas.
- Porque mi recompensa no viene de este mundo sino de la eternidad.
Hazla tuya. ¡Activa tu fe!
Pr. Fabian