CÓMO VENCER LA ANSIEDAD
Por Abel Schwab |
“Depositen en él toda la ansiedad, porque Él cuida de ustedes” 1 Pedro 5.7
La ansiedad es una experiencia que excede la simple preocupación de la vida cotidiana. Se manifiesta como una sensación mental, física y emocional que puede interferir con nuestras actividades diarias y afectar nuestra calidad de vida. Algunos se los síntomas más comunes de la ansiedad son:
- Inexplicable angustia.
- Dificultad para estar tranquilo.
- Problemas para dormir.
- Cansancio a pesar de haber dormido.
- Dolores musculares.
- Malestar estomacal.
- Distracción.
- Olvido de cosas importantes.
- Dificultad para tomar decisiones.
Según el CONICET, la mitad de los argentinos sufren hoy de ansiedad patológica. Y ese número trepa al 70% entre los jóvenes. Aprender a identificar el origen de nuestra ansiedad es la clave para poder superarla.
¿Qué nos hace vivir tan ansiosos?
1. Falta de balance
Vivimos en una cultura de consumo. La mayoría de nosotros corremos detrás de éxito porque creemos que si ganamos más dinero y podemos comprar más cosas seremos más felices. Pero, en el camino, perdemos el balance porque dejamos atrás aspectos mucho más importantes: nuestra vida espiritual, nuestra familia, amistades, etc. Si estás experimentando ansiedad, es probable que se deba a que tu vida está falta de balance.
¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Marcos 8:36 (RVR)
Alguien dijo una vez que cuando seas viejo, los únicos que recordarán las horas extras que pasaste en el trabajo… serán tus hijos.
2. Controlar lo incontrolable
Nuestra mente rechaza la falta de control. Queremos tener el control de todo lo que nos rodea porque eso nos hace sentir seguros. Pero, por más que lo intentemos, hay cosas definitivamente están fuera de nuestro control: el comportamiento de los demás, sus sentimientos, sus decisiones. Lo que piensen de vos, el semáforo, el clima, el pasado y el futuro estas fuera de nuestro control. Intentar tener el control de lo incontrolable es una inagotable fuente de ansiedad.
¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Mateo 6:27 (NVI)
3. Hacer demasiado
La cultura de este tiempo nos dice que tenemos que ser multitasking, hacer varias cosas al mismo tiempo, y hacerlas bien. Sin embargo, estudios demuestran que la multitarea no nos hace más productivos. Nos hunde en la ansiedad de montañas de tareas incompletas y la frustración se apodera de nuestra mente.
Jesús le contestó: —Marta, Marta, ¿por qué te preocupas por tantas cosas? Hay algo más importante. María lo ha elegido, y nadie se lo va a quitar. Lucas 10:41-42 (TLA)
4. Vivir para agradar a los otros.
Mantener las apariencias tiene un costo muy elevado, porque somete la propia autoestima y realización personal a la aceptación de los demás. Y cómo vimos en el punto anterior, la aceptación de los demás no podemos controlarla. No se puede medir una vida a partir de la aprobación de los demás. Las redes sociales contribuyen a este síndrome de búsqueda de aprobación constante que solo redunda en insatisfacción.
Yo no ando buscando que la gente apruebe lo que digo. Ni ando buscando quedar bien con nadie. Si así lo hiciera, ya no sería yo un servidor de Cristo. ¡Para mí, lo importante es que Dios me apruebe! Gálatas 1:10 (TLA)
¿Cómo vencer la ansiedad?
Hay una buena noticia y es que la ansiedad no tiene por qué ser una carga permanente. A través de un enfoque consciente y una serie de estrategias efectivas, es posible superarla y lograr una vida más equilibrada y plena. Este fin de semana compartimos algunos principios espirituales para vencer la ansiedad:
1. Descansa en el poder de la oración (Filipenses 4:6-7). Estudios recientes muestran que enfocarte en una oración consciente al menos quince minutos al día, durante un período de ocho semanas, tiene el mismo efecto sobre tu cerebro que varias horas de meditación. La oración es poderosa, abre las puertas del cielo y sana nuestra ansiedad.
2. Desintoxica tu mente (Filipenses 4:8). La ansiedad está estrechamente relacionada con los patrones de pensamiento negativos y catastróficos. Aprende a desafiar esos pensamientos y a reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos. Cuestiona la veracidad de tus pensamientos ansiosos y busca evidencias bíblicas que los contradigan. Practicar la reestructuración cognitiva te ayudará a cambiar tu perspectiva y reducir la ansiedad.
3. Revisa tus vínculos (Filipenses 4:9). Tu vida es el resultado del pensamiento y la actitud de quienes te rodean. Si revisas tus vínculos y buscas acercarte a personas de fe, que tengan una mirada espiritual acerca de la vida, tus niveles de ansiedad se reducirán notablemente.
4. Enfócate en los demás (Filipenses 2:4). Muchas veces caemos en la trampa de pasar días dándole vueltas a nuestros problemas. Cuando encerramos nuestra mente en ellos, caemos en pensamientos trampa que nos hunden en la ansiedad. Salir de tu casa, buscar una experiencia de servicio, conectarte activamente con los demás, amplía tu perspectiva de la realidad, te permite ver tus problemas a la luz de los de los demás y puede ser la clave para entontar soluciones.
5. Establece rutinas saludables. La estructura y la organización pueden ser aliadas poderosas en la lucha contra la ansiedad. Establecer una rutina diaria saludable nos proporciona un sentido de estabilidad y control en nuestras vidas. Esto implica establecer horarios regulares de sueño, alimentación equilibrada, ejercicio físico y tiempo para el autocuidado. Al cuidar nuestro cuerpo y mente de manera consistente, fortalecemos nuestra resiliencia ante la ansiedad.
6. Respira conscientemente. La respiración profunda y consciente es una técnica simple pero efectiva para reducir la ansiedad en el momento presente. Tómate un tiempo para inhalar lentamente por la nariz, sintiendo cómo se expande tu abdomen, y luego exhala suavemente por la boca. Repite este proceso varias veces, enfocándote en tu respiración y permitiendo que tu cuerpo se relaje.
7. Ejercítate regularmente. La actividad física regular es una excelente manera de liberar el estrés y reducir la ansiedad. El ejercicio ayuda a liberar endorfinas, que son neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo. Encuentra una actividad física que disfrutes, ya sea caminar, correr, practicar pilates o bailar, y hazlo parte de tu rutina semanal. Incluso 30 minutos de ejercicio moderado al día pueden marcar la diferencia.
8. Aprende a poner límites: el estrés y la ansiedad a menudo están relacionados con la sensación de estar abrumados por responsabilidades y demandas externas. Aprende a establecer límites saludables y a gestionar tu tiempo de manera efectiva. Prioriza tus tareas, delega cuando sea posible y asegúrate de reservar tiempo para el descanso y el autocuidado. Organizar tu vida de manera estructurada te ayudará a sentirte más en control y reducirá la ansiedad.
9. Buscar apoyo: no debemos enfrentar la ansiedad solos. Buscar el apoyo de amigos, familiares o incluso profesionales de la salud puede marcar una gran diferencia en nuestra capacidad para superarla. Compartir nuestros sentimientos y experiencias con personas de confianza nos brinda un espacio seguro para expresarnos y recibir el apoyo emocional necesario. Además, existen grupos de apoyo y terapias especializadas que pueden proporcionar herramientas valiosas para afrontar la ansiedad.
“No estén ansiosos por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4: 6-7
¡Aprende a vivir libre de la ansiedad!
Pr. Abel