Tres ejercicios para expandir tu visión.
Por Fabián Ruiz |
Dejame hacerte una pregunta: ¿Dónde te ves en el futuro? ¿Qué tan lejos piensas llegar?
Creo saber la respuesta. Dejame adivinar… ¡Tanto como seas capaz de ver!
Difícilmente llegaremos a un lugar más grande en la vida, más feliz, más pleno, si primero no nos hemos “visto” allí. Decimos “Yo ya no veo otra vez en pareja” o “Yo no me veo terminando una carrera universitaria”. “Yo no me veo dirigiendo mi propio negocio”. Esa es la principal razón por la que no sucederá: No te ves.
Nadie se tropieza con la grandeza, con la salud espiritual. Se trata de un sendero que vislumbramos y luego con perseverancia vamos conquistando. Pero primero necesitas verlo.
¿Cómo solucionar esto?
TRES EJERCICIOS PARA EXPANDIR TU VISIÓN.
1. Pide a Dios nuevos ojos.
Nuestro error recurrente es ver demasiado poco, pensar demasiado chico. Nos medimos en base a la medida de lo que nosotros, nuestros padres o la gente de nuestro entorno ha logrado, sin darnos cuenta que nada de eso es nuestra medida. Los planes de Dios son nuestra medida.
Por eso, en primer lugar pídele a Dios abra tus ojos para ver más allá.
El apóstol Pablo escribió:
"… Pido constantemente a Dios, …, que les dé suficiente sabiduría para ver claramente y entender de veras quién es Cristo y las grandes cosas que ha hecho por ustedes. Pido también que el corazón les rebose de luz para que puedan vislumbrar el futuro que El nos permitirá compartir…!" Efesios 1:16-18 (BAD)
Dios quiere que sueñes en grande. Levantes la mirada y extiendas tus planes.
¡Todo comienza con una simple conversación con el cielo!
En segundo lugar:
2. Cambia tu enfoque.
¡Mientras sigas mirando el piso difícilmente disfrutes de la vista del cielo!
Estamos tan enfrascados en los problemas presentes que nunca alcanzamos a ver las oportunidades más grandes que se presentan.
En los albores de la humanidad, Dios eligió a un hombre para darse a conocer y enseñarle de que se trata la vida que Él viene a regalar. Su nombre fue Abram. En cierta oportunidad, Dios le invitó a Abram a cambiar su enfoque.
El relato dice así:
"El SEÑOR le dijo a Abram: «Mira lo más lejos que puedas en todas las direcciones: al norte y al sur, al oriente y al occidente. Yo te doy toda esta tierra, tan lejos como alcances a ver…”
Le dijo que mirara el territorio que le daría, que caminara en esa tierra, en todas las direcciones, y que visualizara la extensión de su legado.
¿Dios capacitó a Abram para hacer qué? Lo capacitó para ver más lejos. Para que se concentrara en pensamientos más grandes. Si planeas cambiar tu futuro, no te quedes mirando las cosas o las personas más pequeñas que lo que esperas.
El enfoque de tu mirada alimentará tu fe o confirmará tus temores.
Y esto es lo tercero:
3. Planea intencionalmente.
Luego Dios le dijo a Abram:
“Yo te doy toda esta tierra,… a ti y a tu descendencia como posesión permanente. ¡Y te daré tantos descendientes que, como el polvo de la tierra, será imposible contarlos! Recorre toda la tierra en cada dirección, pues yo te la entrego»." Génesis 13:14-17 (NTV)
Dios es intencional en tu destino. Cómo un hábil jugador de ajedrez, Él ya tiene previstas las próximas decenas de movidas. Las que alcanzarán a varias generaciones.
Por eso ¡No improvises con tu vida! Tomate el tiempo para escribir tus sueños revelados, tu pasión evidente de hacer la diferencia y traza un plan. Aprende a pensar como Abram. Piensa intencionalmente, generacionalmente e incluso globalmente.
¡Lo que puedas ver nunca será demasiado grande, demasiado magnífico, demasiado fabuloso!
Si quieres cambiar, ¡el tiempo es ahora!
¡Atrévete a CREER SIN LÍMITES!
Pr. Fabian Ruiz