COMO RECUPERAR TU ENERGÍA
Por Abel Schwab |
¿Alguna vez sentiste que llevas el peso del mundo en tu espalda? Todos los días nos levantamos con una mochila llena de: responsabilidades, problemas actuales y preocupaciones futuras. Cada una de esas cargas es como una piedra en la mochila. Con el tiempo, ese peso puede volverse insoportable. Y el cansancio físico es solo una parte de lo que nos afecta. Si solo se tratara de cansancio físico, sería cuestión de dormir un poco más el fin de semana y ¡listo! Pero a veces cargamos con agotamiento emocional. Nuestro corazón y mente están abrumados por esas cargas. El agotamiento emocional es una de las marcas de esta generación. Manejamos tanta información, resolvemos tantas cosas a la vez, que nuestras mentes se agotan mucho más de lo que se agota nuestro cuerpo. Es importante que reconozcas sus signos y busques ayuda para evitar que se profundice.
Recarga tus energías:
«Este es el lugar de descanso; que descanse el fatigado» Isaías 28:12 (NVI)
El agotamiento emocional consume una gran cantidad de energía. Descansar es definitivamente la decisión más espiritual y relevante que puedes tomar si estás estresado o agotado. Al descansar:
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Te equilibras emocionalmente: cuando estás agotado, es más mucho más fácil pecar cayendo en un estado de ánimo irritable, ansioso o deprimido. Al descansar lo suficiente, permites que tus emociones se estabilicen y puedas enfrentar los desafíos diarios de manera más efectiva.
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Mejora de la concentración: despejar tu mente mejora la claridad mental y aumenta tu capacidad para enfocarte en las tareas y tomar decisiones de manera más efectiva.
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Previene el deterioro físico y mental: el agotamiento emocional aumenta el riesgo de patologías como el estrés crónico, la ansiedad, la depresión, los trastornos del sueño, problemas cardiovasculares e inmunológicos. Descansar lo suficiente te ayuda a prevenir estos problemas y manteniendo un bienestar general.
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Fomenta la creatividad y la productividad: el descanso sin dudas estimula tu creatividad y productividad. Cuando descansas, le das a tu mente la oportunidad de procesar información, hacer conexiones y generar nuevas ideas. Esto puede ser beneficioso tanto en tu vida personal como en tu trabajo y ministerio.
¡Cuidado! Descansar no significa echarte en la cama a dormir. El descanso implica dormir, dedicar tiempo a tu bienestar físico y emocional, disfrutar de tus relaciones familiares y amistades. Y, fundamentalmente, dedicarle tiempo a Dios. La presencia de Dios es la fuente definitiva de cuidado y descanso:
“El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia. por amor a su nombre.” Salmos 23:1-3 (NVI)
Orar, leer su Palabra, vivir experiencias de compañerismo y servicio con tus hermanos y hermanas en la fe revitaliza tu energía de manera maravillosa y sobrenatural.
Fortalece tus relaciones:
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! […] Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. Eclesiastés 4:9-12 (NVI)
El acto de confiar en otros y permitir que te apoyen puede ayudarte a superar los laberintos mentales que te atormentan. Al contar a otros tus problemas ocurren innumerables beneficios:
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Contención emocional: compartir tus preocupaciones y sentimientos con alguien de confianza puede aliviar la carga emocional que llevas. El simple hecho de expresar tus emociones puede ayudarte a sentirte comprendido y amado.
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Perspectivas diferentes: cuando estamos estresados, nos resulta difícil ver las cosas con claridad. Vemos todo “a la tremenda” Obtener el punto de vista de alguien más puede brindarte una perspectiva diferente y más efectiva de abordar tus problemas.
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Carga compartida: compartir tus preocupaciones con amigos, familiares o con tus líderes espirituales puede ayudarte a sentirte menos solo y más respaldado. Ellos pueden ayudarte a llevar la carga.
En un mundo que no da respiro ¡vivir libres del agotamiento es posible! Solo debes seguir los sabios consejos de Dios y dedicarte a disfrutar la vida que él planeó para vos.
¡Que seas muy bendecido!
Pr. Abel